La Petra nos aparece en su estado original, una vivienda obsoleta situada en una finca entre medianeras del barrio de Gràcia. Después de liberarla de las particiones existentes, la estrategia es la de generar una nueva caja independiente que actúa como elemento distribuidor, segregando los distintos usos de la vivienda, a la vez que contiene la cocina, el baño principal y el espacio de almacenamiento. Esta caja permite la lectura del espacio como una unidad, del mismo modo que tiene la capacidad de segregarlo visualmente según las situaciones. El proyecto apuesta por la revalorización de los materiales y elementos originales de la finca como las vigas de madera, las medianeras con referentes de la antigua cubierta y los pavimentos hidráulicos, mientras que, a la vez, se insertan unos nuevos materiales, estableciendo un intencionado diálogo constante, desde el contraste, con la preexistencia.