En el proyecto de Myriam, se estudia y desarrolla la distribución de una vivienda unifamiliar mediante la incorporación de un nuevo núcleo de escaleras que resuelve las circulaciones verticales y la distribución de las habitaciones. Este volumen se basa en una plataforma topográfica pétrea, con una apariencia sólida, adaptándose a los usos de escalera, estudio y cocina. Desde esta plataforma surge, sin establecer contacto alguno, una escalera metálica blanca que comunica con los pisos superiores. La materialidad, el lenguaje y la paleta de colores se alejan de manera deliberada de la plataforma tectónica. La madera aparece como un tercer elemento en esta composición, aportando la calidez deseada.