El Morro Fi de la Illa es la respuesta a un festival de necesidades, economías, exigencias y antojos deliberados en intensos debates son sus propietarios. La única seguridad compartida fue la de apostar para mantener y potenciar la línea que impuso con éxito su hermano original del Eixample: un ‘patchwork’ de hierro, luz fría, vermut y encurtidos que los hace a todos, del primero al último, extremadamente Morros Fins.
Proyecto en colaboración con Gustavo Paternina.